martes, 16 de febrero de 2010

La cabecera alternativa de "LOST" (perdidos)


Los creadores de la serie de televisión “Lost”, han sido objeto de muchas críticas por estirar el "misterio" hasta niveles insoportables. Es paradójico ya que gran parte del éxito de la serie reside en ello. Dejando a un lado a los fanáticos de la serie, que seguro tienen más y mejores argumentos que este, muchos de los seguidores solo quieren ver el desenlace final.

Seguro que alguna vez visteis una película por la única razón de saber quien era el asesino o si el chico consigue quedarse con la chica. En Lost esto se ha llevado a niveles estratosféricos, agudizado por el éxito de la serie y la necesidad de estirar la gallina de los huevos de oro. No es difícil tener la extraña sensación de estar viendo una serie de animación japonesa o un culebrón venezolano, en la que el tiempo parece ralentizarse a la espera de algún acontecimiento imposible que te acerque un poco más al previsible y deseado final.

No intento criticar la serie Lost, negar su éxito y sus múltiples aciertos seria un error, pero si es verdad que la opinión es libre y somos muchos los que vemos la serie principalmente por la fuerza mas poderosa que mueve al hombre, la curiosidad.

Los excesivos flashbacks y la reciente realidad alternativa, mezclados con la complicada trama central, hacen que Lost se convierta en muchos momentos en algo difícil de seguir, solo soportable por la certeza que en esta sexta y última temporada, conoceremos su final.

La gran incógnita de Lost

El ansiado final de Lost es la gran incógnita, con la expectación creada seguro que no dejara indiferente. Estamos convencidos que el final de Lost batirá todos los records de audiencia y marcara el destino de la serie. Con el tiempo “Lost” será recordada de una forma u otra gracias a su final, porque Lost es en si misma un desenlace.

Esta “cabecera alternativa” de la serie Lost, describe perfectamente un sentimiento generalizado. Muchos seguidores se hacen, antes o después, la misma pregunta, ¿pero que coño?

Créditos del video: Jesse Richardson y Lachlan Phillips.

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