Desde hace décadas tenemos la tecnología para calentar cosas en pocos minutos.
Los hornos de microondas pueden transformar una pizza congelada en una cena caliente y apetecible en tan solo cuatro minutos, pero aun no tenemos ningún electrodoméstico que nos enfríe al instante el refresco o nos convierta el agua en cubitos de hielo.
Para cocinar alimentos, un horno de microondas convierte la energía eléctrica en microondas electromagnéticas de alta frecuencia. Las moléculas de los alimentos (especialmente el agua y la grasa) absorben esta energía y las hace moverse a gran velocidad, generando calor que rápidamente calienta la comida. Esta es una operación de una sola dirección, los hornos de microondas sólo puede acelerar los átomos, no aminorar su velocidad.
Los científicos tienen un método de alta tecnología para desacelerar los átomos utilizando laseres. Se dispara a un átomo en movimiento, con un láser, y este absorbe los fotones del láser y los reemite en varias direcciones, haciendo que el átomo disminuya su velocidad. Colocando un átomo en la intersección de varios haces se puede frenar su impulso en todas las direcciones, disminuyendo su energía y refrigerándolo. Con este sistema se puede bajar la temperatura de un átomo, 100 grados Celsius, en menos de un segundo.
Esta tecnología no es útil para refrigerar alimentos y no se cree que lo sea a corto plazo. Las temperaturas son demasiado extremas y además no es igual de eficiente con todos los elementos.
Fuente, popsci.com.
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