domingo, 8 de junio de 2008

Deja que el aire,lleve tu mirada lejos.





Acércate, deja que sobrevuele tu cuerpo con mi mirada.
Déjame, ascender deprisa sobre la ladera de tu espalda.
Quedarme estático, enganchado en la nada.
Suspendido, como un funambulista sin red, me encuentro.
La vista lejana, no hay miedo en mis ojos.
Empujado por el aire, que forman tus espacios.
Silencios de alturas, que apagan mis oídos.
Me dejo mecer en la cuna que forman tus corrientes.
Remolinos de calor que golpean mi rostro.
Deshielo de corazón, invasión de sensaciones.
En la soledad huérfana, que ahoga mis tensiones.
Descarga de mi vida, toda la carga inútil.
El lastre que no deja, ascender con la mirada.
Sobre la ladera de tu espalda.

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